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Pensamientos positivos



















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PENSAMIENTOS POSITIVOS

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Cuando nos equivocamos nunca debemos quedarnos atrapado... debemos seguir hacia delante..






 

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Se dice: "Eres lo que

piensas".


Es verdad ya que la calidad de nuestros pensamientos


tarde o temprano se hace visible mediante nuestras palabras,


nuestro comportamiento e incluso a través de


las expresiones de nuestra cara.


 


La semilla se nuestras palabras y

acciones es el pensamiento.


Una afirmación simple pero muy precisa.


Lo que hacemos, lo que decimos, lo que sentimos,


todo tiene su origen en la mente.


La energía de la mente humana es el pensamiento.


Posiblemente es el mayor pero a la vez el menos comprendido


de los recursos energéticos del universo.


Todo lo que está hecho por el hombre


empezó primero por un pensamiento o una idea


que vino a la mente, sea de una casa nueva,


un descubrimiento científico o incluso una guerra.


Primero hay un pensamiento,


después se hacen los planes y


finalmente ese pensamiento se exterioriza


en la forma de palabras o acciones.


 


¿Pero porqué hemos de pensar de

forma positiva?


y, ¿quién dice que todavía no tenemos la maestría en ese arte?


Como entendemos que los pensamientos son la raíz


de las acciones y de la actitud,


hemos de cambiar estas raíces para que nuestras acciones


y comportamiento se hagan más positivos.


Lo primero, antes de que empecemos


a aprender este arte de pensar en positivo,


es descubrir cuántos tipos de pensamientos


puede crear nuestra mente.


Normalmente emerge cuatro tipos de pensamientos


de nuestra mente.


Entendiendo cada uno de ellos podemos empezar


a escoger los pensamientos que nos den beneficio


y descartar los que son inútiles o dañinos para nosotros.


 


LOS CUATROS TIPOS DE PENSAMIENTOS

SON:


 


· Pensamiento necesarios o

mundanos




Son aquellos que se refieren a nuestra rutina diaria como: "que comemos , qué

tengo que hacer hoy, cuánto tengo que pagar de alquiler, etc." Pensamientos que

tratan con la vida diaria.



· Pensamientos inútiles



Son los que no tienen utilidad ni constructiva ni particularmente negativa. Se refiere

a cosas del pasado, como " si esto no me hubiera ocurrido, porqué me dijo eso, si

solo hubiera hecho esto o lo otro, etc."… Demasiados pensamientos sobre algo que

ya no podemos cambiar. Los pensamientos inútiles tratan también sobre el futuro, como

"¿qué va a ocurrir si…?, ¿cómo va a ocurrir…?, ¿qué haré si…?,

etc." Muchos de nuestros pensamientos entran bajo esta categoría y aunque no son

negativos, aún así nos vacían de nuestra fuerza interior y nos hacen sentir cansados.



 


· Pensamientos negativos y/o destructivos



Son los más dañinos, especialmente hacia nosotros mismos. Aparte del impacto que

puedan causar a los demás, estos pensamiento causan una gran pérdida de nuestra paz y

fuerza interior. Los pensamientos negativos están basados en la ira, avaricia,

expectativas insatisfechas, desacuerdos, celos, etc. Si nuestros pensamientos están

basados en estas debilidades es como si estuviéramos envenenando nuestra propia mente y

también la atmósfera de nuestro alrededor. No importa cuánta razón tengamos, pensando

con negatividad siempre seremos los perdedores ya que los pensamientos negativos nos

arrebatan nuestro autorrespeto y también los demás pierden el respeto hacia nosotros.



· Pensamientos positivos



Son los únicos que nos permiten acumular fuerza interior y nos capacitan a ser

constructivos. Los pensamientos positivos son los que siempre dan beneficio en todas las

situaciones sin atraparnos en la apariencia externa de una situación. Pensar

positivamente no significa que ignoremos la realidad a nuestro alrededor y pretender vivir

en lo irreal o pretender ser otro. Pensar positivamente significa ver los problemas y

reconocer su realidad, pero al mismo tiempo ser capaces de encontrar soluciones a ese

problema. A menudo, esto requiere tolerancia, paciencia y sentido común. Es fácil ser

pesimista, así como ser optimista, pero necesitamos ser muy cuidadosos y maduros si

queremos ser realistas. Una persona que piensa positivamente será consciente de las

debilidades de los demás a su alrededor pero aún así dirigirá su atención hacia las

buenas tendencias de los demás.


 




Estamos acostumbrados a ver la

negatividad que existe en el mundo,


sin embargo, al dirigir constantemente nuestra relación hacia ella


no hemos conseguido cambiarla por lo mejor.


Tenemos que ser conscientes de que donde quiera que se dirijan


mis pensamientos es ahí donde irá también nuestra energía.


Concentrándonos ahora en el aspecto positivo de nosotros mismos,


hacemos algo constructivo para llevar a cabo en nosotros


y en nuestro entorno inmediato.


Esto se puede entender como el mayor desafío de nuestros tiempos


para el que necesitamos valentía y autoconfianza.


 


El pensamiento es como una

semilla,


cada pensamiento produce su flor y su propio fruto.


Es decir, los pensamientos pueden ser


constructivos o destructivos,


amorosos o rencorosos,


de felicidad o depresivos.



Cuando somos capaces de entender y utilizar esta energía de la mente,


entonces la podemos canalizar para producir aquellos "frutos"


que nos proporcionan más felicidad y contentamiento.


 


Como cambiar tus

hábitos y costumbres


CONVIERTE A TU

MENTE EN TU MEJOR AMIGO


 


La razón por la que queremos

alcanzar un conocimiento más profundo de nuestra mente es para poder entender como se

crean nuestros pensamientos, y como se expresan en palabras y acciones.


Nuestra mente es nuestro mejor amigo si la alimentamos sólo con pensamientos positivos,


pero se convierte en nuestro peor enemigo si le permitimos que piense pensamientos

negativos o inútiles.


Las cualidad de este "alimento" depende por completo de nosotros.


Aunque las circunstancias exteriores nos influyen fuertemente aún así


podemos convertirnos en los maestros de nuestra mente


e ir más allá de esa influencia.


Nuestro esfuerzo para lograr este estado


depende del objetivo que nos hemos fijado para nosotros mismos.


Este objetivo elevado depende de cuánto hayamos entendido los


beneficios prácticos de pensar en forma positiva.


Sin este reconocimiento básico no nos sentimos motivados


para cambiar lo necesario en nosotros.


 


La mente es probablemente la parte menos

comprendida del ser humano,


tan poco conocida que le ha sido muy difícil a la gente entender qué es,


cómo funciona y sobre todo, cómo controlarla.


Es sólo cuando comprendemos cómo funciona algo


que podemos tenerlo bajo nuestro control y dominarlo.


La mente no es algo material que podamos ver, tocar o medir con instrumentos científicos.


La mente es algo invisible, pero aún así, sus efectos se pueden ver en nuestra cara,


nuestras palabras o nuestro comportamiento.


Si, por ejemplo, nuestros pensamientos son de tristeza


aunque intentemos evitar esa tristeza con una sonrisa artificial,


tarde o temprano se hará visible a través de los ojos de las palabras.



La mente es como el viento, invisible, no podemos verlo pero podemos ver sus efectos.


Es como los cimientos de una casa, no podemos verlos


pero son los responsables de la estabilidad del edificio.


O es como las raíces de un árbol, están bajo tierra y no las podemos ver,


pero aún así le dan al árbol la fuerza para soportar las tormentas.



Algo muy

importante que se aplica a muchos aspectos en la vida es:


Nuestras

palabras y acciones son el espejo de nuestros pensamientos.


 


 


Al principio, hablamos de

alimento para la mente.


De la misma forma que alimentamos a nuestro cuerpo


diariamente para que pueda mantenerse sano y fuerte,


lo mismo se aplica a la mente.



La gente hoy en día pone más atención a tener una dieta sana y

equilibrada, pero



¿cuántos de ellos ponen la misma atención al alimento de la mente,


es decir, a la cualidad de sus pensamientos?



Hay dos factores que influyen en nuestra forma de pensar:


 


1º. Todas las influencias externas en nuestra

vida diaria, por ejemplo, la gente con la que entramos en contacto, situaciones que

debemos afrontar, todo tipo de noticias de la prensa, objetos materiales, etc. Dependiendo

del interés o la intención que les demos, de acuerdo a ello es su influencia en nuestra

mente.



2º. Impresiones de nuestro subconsciente; estas impresiones pueden ser positivas o

negativas, las últimas son a menudo debidas a profundos hábitos causados por el

acontecimientos del pasado, todo lo que está profundamente alojado en el ser.


 


Con atención y algunas

disciplinas, las influencias externas


y mis reacciones hacia ellas se pueden cambiar.


Por ejemplo, veo que me estoy enfadando debido a lo que


alguien me está diciendo y esto está creando


pensamientos negativos en mi mente,


así que poniendo atención en mí mismo pongo un freno,


un punto final para parar la expansión o reacción innecesaria.


 


Sin embargo, la influencia de

los hábitos fuertes o del pasado,


profundamente enraizados en la conciencia del ser,


son más difícil de detectar y, por tanto,


más difíciles de revisar y controlar.


Pero, sea la influencia del exterior o del interior o de ambos,


la respuesta es la misma.


En algún lugar en mi interior tengo que tener la capacidad


o el poder para filtrar o analizar los patrones


o tipos de pensamientos creados


de manera que mis palabras y acciones puedan ser


positivas y de beneficio para mí y para los demás.



¿Cuál es esta

capacidad, este poder o facilidad para filtrar y analizar?


Se llama intelecto.


 


El trabajo de la mente es crear

pensamientos,


luego éstos se convierten en palabras y acciones.


Las impresiones son características de la personalidad


que constantemente alimentan a la mente


y determinan la creación con las influencias exteriores.


Estos rasgos o hábitos trabajan automáticamente.


Por ejemplo, si desde niño se me ha dicho que


no soy bueno, que no valgo, etc.


si esto lo oigo de la familia, en el colegio y en otros lugares,


al cabo del tiempo se desarrolla un sentimiento de inseguridad


que arraiga profundamente en la personalidad.


De hecho se convierte en la personalidad y por eso se dice


que esa persona no tiene confianza en sí misma,


no tiene autorespeto, depende de la opinión de los demás, etc.


 


Así que, ¿cómo revisarse y

cambiar?


¿cómo hacer que estas impresiones paren de crear automáticamente


patrones de pensamientos y de acciones negativas?



La respuesta es utilizar el filtro del intelecto en el ser.


Cuando hay un objetivo de cambiar,


para ser más positivo y mejor,


reside en uno mismo no en ningún poder exterior.


El intelecto, cuando está atento, puede desapegarse


y observar los hábitos y cómo influyen al ser.


Con práctica el intelecto aprende a filtrar


lo que es correcto de lo incorrecto e intenta poner sólo


los pensamientos correctos en la mente.


Es muy importante darse cuenta que tenemos este filtro


en nuestro interior que nos permite discernir


y tomar decisiones precisas y beneficiosas.



Sin embargo, a menudo, aunque el

intelecto


se de cuenta de lo que es correcto e incorrecto,


no hay el poder para poner lo correcto en la práctica.


Especialmente cuando uno se ha hecho adicto a cierto hábitos


o impresiones subconscientes es como imposible.



Por ejemplo, una persona puede comprender perfectamente


que fumar mucho es muy malo para la salud;


o que no tener autoconfianza sobre algo


influye mucho en el estado mental,


sin embargo, no hay el poder para cambiar


tales hábitos o patrones de pensamientos.


 


Ahora bien, necesitamos

comprender que hay impresiones


positivas en el ser, de la misma forma que están negativas.


Las positivas pueden considerarse como fuentes de energía


que son cualidades eternas o poderes


que existen en el interior de cada ser humano.


Por ejemplo, la paz, la felicidad, la verdad son recursos


de energía eterna que la gente no toma constantemente.


Aunque a veces hay la experiencia de paz, amor felicidad


es pocas veces constante, hay muchas interferencias


de las impresiones negativas tales como el miedo,


dudas, celos, ira, ego, etc.


Estas impresiones negativas destruyen o polucionan


el libre fluir de las energías positivas y eternas hacia el ser.



El intelecto debe trabajar para separar


los flujos negativos y positivos


que a menudos están mezclados para


permitir que sólo los positivos


entren en la conciencia.


 


¿Cómo entrenar al intelecto

para hacer esto?


¿Cómo revisar y transformar los flujos negativos?



Es por esta razón que practicaremos unos ejercicios


que ayudan a concentrar la mente e intelecto,


ir hacia mi interior hacia las energías positivas y eternas.


Con la concentración adecuada de la mente y del intelecto


hacia mis fuerzas constructivas interiores de paz,


amor y felicidad, puedo hacerme poderoso.


Poderoso en el sentido de permanecer positivo


frente a situaciones negativas;


pacífico cuando todo alrededor mío es caótico,


es decir, no ser influenciado negativamente


sino influir con mi positividad.


Cuando estoy estable en mi poder interior de paz,


entonces puedo dar eso a los demás y ayudarles a calmarse.


 


Vamos a hacer ahora un ejercicio

de silencio


entendiendo que utilizo la energía de la mente,


de los pensamientos, y la energía de mi intelecto,


comprendiendo cómo profundizar hacia mi interior


y emerger los recursos interiores de paz, amor


o cualquier recurso que yo desee.



En estos ejercicios nos concentraremos principalmente en la paz.



Esta es la fundación, ya que cuando hay equilibrio


y armonía interior se hace fácil construir sobre ella


los otros poderes del amor, felicidad, verdad, etc.



La experiencia de paz profunda me calma, me clarifica


y me llena de energía para pensar y actuar positivamente.


Vamos a empezar.


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"Me veo a mí mismo

como un punto de luz,


un punto de energía en el centro de la frente.


¿Quién soy? ¿Quién soy de verdad?


Soy energía,


Soy un punto de luz pura,


y dentro de esta luz


está mi mente, mi intelecto y mis impresiones:


Voy a crear un pensamiento y situarlo en mi mente:


Soy un ser de paz, soy un ser pacífico.


Me sumerjo en este pensamiento,


suavemente me concentro en este pensamiento de paz


y ahora, con mi intelecto, entiendo que tengo


una gran fuerza interior de paz, la tengo que alcanzar


y utilizar para recargar mi ser.


Esta fuente de paz eterna está siempre en mi interior.


Ahora voy allí con mi pensamiento.


Me dirijo profundamente con mi pensamiento,


muy profundamente


hacia mi interior.


Empiezo a experimentar esta fuerza interior de mi ser,


esta fuente eterna de paz.


Absorbo esta paz,


la absorbo y me hago totalmente pacífico.


En silencio, en concentración,


me experimento como un ser totalmente en paz.


Soy un ser de paz.


En silencio permanezco en este pensamiento.


Soy un punto de energía viviente,


un ser de paz."


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Contra la violencia de género







 












 





 




 








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